Biografía:
Nació en el año 354 d.C. en Tagaste, ciudad en la Numidia romana. Fue educado por su madre según las doctrinas cristianas, aunque no se bautizó (el bautizo después del nacimiento se instaló más tarde por Agustín de Hipona). Estudió, entre otras, retórica y teatro, en las universidades de Madaura, la ciudad vecina, y Cartago. Tras leer “Hortensius sive de philosophie” de Cicerón (106 – 43 a.C.) comenzó a interesarse por la filosofía. Durante los años posteriores, fue seguidor de diferentes corrientes filosóficas y religiosas como el maniqueísmo y el escepticismo. Trabajó como maestro de retórica en Tagaste y más tarde en Milán, en dónde entró en contacto con las enseñanzas neoplatónicas. Se bautizó en 387 d.C. y desde entonces se entregó a una vida contemplativa en Hipona de meditación, estudio, escritura y predicación, adaptando las doctrinas neoplatónicas y diversas otras al cristianismo. En el año 396 d.C. se convirtió en Obispo de la ciudad y dictó sus obras más importante: su biografía “Confesiones” escrita en 397/398 d.C. que recoge su proceso de maduración personal, “Sobre la Trinidad” recogida de 399 a 419 d.C. y “La ciudad de Dios” de 413 a 426 d.C. Murió en el año 430 d.C. durante el sitio de Hipona por los Vándalos.
Influencias:
Se apartó, decepcionado por el antiguo testamento de la Biblia, de las doctrinas cristianas durante su adolescencia y comenzó a interesarse en por las preguntas filosóficas tras leer Cicerón (106 – 43 a.C.) que definía a la filosofía como el único camino que conduce a la felicidad y sabiduría racional. Más tarde, se unió a la corriente religiosa dualista y gnóstica del Maniqueísmo que definía el mundo como una lucha continua entre el bien/luz y el mal/oscuridad y proponía que el espíritu del hombre es dado por Dios y el cuerpo es una cárcel del alma dado por el demonio. Tras años de seguimiento y el diálogo frustrante con un obispo de esa corriente, se inclinó por el escepticismo dudando de que se pudiera conocer la verdad y el bien. Sin embargo, al entrar en contacto con el neoplatonismo en Italia logró resolver las dudas filosóficas que le atormentaban y se convirtió finalmente al cristianismo, plasmando sus experiencias en la definición de ésta religión.
Pensamientos:
Cosmología: La presencia de lo divino en todos los seres creados, el orden del cosmos, el plan por el que se desarrolla todo y el surgimiento de la multiplicidad a partir de la unidad se debe a la voluntad libre y personal de Dios al crear lo que existe según las ideas eternas que existen en su mente. El cambio y la evolución surgen porque los seres que han sido creados de una forma contienen su desarrollo escalonado.
Conocimiento: El pensamiento agustiniano pretende combinar la razón con la fe. Son dos cosas diferentes en su esencia, pero en la persona cristiana funcionan como un todo unido, ya que tanto la filosofía como la religión desempeñan la misma misión. El principio de ésta misión se sitúa en la fe, puesto que hay que creer en algo para poder usar la razón para comprenderlo. Es decir, la razón prepara la fe, pero la fe dirige a la razón.
Por ello, uno de los conceptos que da como presupuesto es la primacía de la Relevación en la Biblia sobre la razón. Consiste en que las Sagradas Escrituras (puesto que provienen de Dios directamente) contienen las verdades últimas, y por tanto, la máxima autoridad en el conocimiento, sobre la razón y cualquier otra cosa. Al creer/tener fe en la Biblia y en Dios es posible conocer sus verdades con la razón.
Asimismo, afirma que nos diferenciamos de los animales porque el alma humana tiene la capacidad de conocer. Este conocimiento se divide en dos: sensible, idéntico a los animales, relativo y útil para la vida práctica, que se adquiere por la ascensión de los sentidos al pensamiento mediante un proceso en el cual una imagen de un cuerpo visible da lugar a una imagen en el sentido de la vista, de ésta, surge otra imagen en la memoria, y finalmente, otra en el entendimiento; y conocimiento intelectual, único en los humanos, que, a su vez, divide en dos: ciencia, que ordena los datos sensibles (como las matemáticas), y sabiduría, que mediante el entendimiento capta las verdades universales y lo inteligible (dudo, luego sé que dudo, ergo, que dudo es una verdad).
La cuestión última es cómo llegar a la verdad universal y eterna. La respuesta que da es que, igual como el Sol que se extiende sobre los objetos y los hace visibles, Dios creador de todo se extiende sobre lo que ha creado e ilumina a las verdades para el intelecto. Así, las personas que mediante el autoconocimiento han llegado a la iluminación las conocen. Conocer las verdades es comprender cómo Dios y la existencia de ellas demuestra que Dios existe.
Humano: El humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. La perdición de esta característica es la culpa de Adán (pecado original) y la recuperación de ésta es la condición necesaria para la salvación. Nos define como una unión entre un cuerpo mortal y un alma inmortal (dualismo), siendo ésta el principio vital que tenemos en común con los animales y que nos anima, y que también, en nuestro caso, contiene la parte racional que nos permite acceder a Dios. El alma fue creada por él, dirige al cuerpo y se hereda de padres a hijos, igual como el pecado original.
Ética: El objetivo fundamental de la vida es acceder a la felicidad verdadera que sólo se puede encontrar en Dios mediante la atracción y el amor. Es decir, la vida buena se desarrolla desde el amor a Dios y a nuestro prójimo. Así, como el humano tiene una voluntad libre, es la gracia divina (concedida gratuitamente por Dios para facilitar el cumplimiento de los diez mandamientos y tener fe) la que lo atrae continuamente hacia él, al Bien. Mientras que si persigue los bienes mudables, privado del camino adecuado, sobre el Bien inmutable espiritual de Dios llega a hacer el mal.
Política: Antes de la creación del hombre existieron dos estados de ángeles, el estado de ángeles benévolos y el estado de ángeles malévolos. Después de la creación, traspasaron a la tierra, formando la ciudad de Dios (habitada por individuos que en el amor a Dios llegan al desprecio de sí mismos, la humildad, el bien y la felicidad), y la ciudad terrenal (compuesta por aquellos dominados por el amor propios y el desprecio a Dios). Al final de los tiempos, la ciudad de Dios triunfará y alcanzará la salvación, llegando al cielo tantos humanos como ángeles malévolos había. La malinterpretación de esta afirmación fue la responsable del abuso de poder por la Iglesia durante la Edad Media, al considerarse que solo los obedientes a la Iglesia llegarían al cielo.
Otro concepto desarrollado por él es la “Guerra Justificada” que consiste en que una guerra sólo es justa cuando se declaró por un líder legal para defenderse de enemigos que hieren los derechos propios legítimos. Siempre y cuando, el mal causado sea menor que el evitado.
Teología: Además de lo ya citado, desarrolló los conceptos de Trinidad, Infierno y el Purgatorio.
Tiempo: El transcurso del tiempo comenzó con la creación, pero la percibimos de modo subjetivo en el presente. El pasado se recuerda estando en el presente, vivimos en el presente e imaginamos el futuro estando en el presente.
Música: Escribió “De musica”, una obra sobre ritmo resaltante de la Edad antigua. Contiene una teoría deductiva sobre ritmo con un método neopitagórico. Además, tiene las teorías más antiguas sobre compás, pausas y síncopas.
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